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Muladhara el chakra del equilibrio

Conceptos básicos sobre los chakras

Comenzamos con el Chakra raíz o MULADHARA:

Para poder ubicarlo en el cuerpo debemos situarnos en la base de la columna, en la entrepierna, justo en el espacio que existe entre los órganos genitales.

Es la base de todo el sistema, nuestro punto de conexión con la TIERRA, por eso éste es su elemento. Es nuestro nexo con lo más denso, lo básico y la base, los fundamentos, el inicio. Desde lo más denso, es la manifestación de la vida por eso decimos que está relacionado con la energía física y nuestras ganas de vivir en este plano.

Desde lo emocional rige el modo en que nos relacionamos con el entorno, el AQUÏ y AHORA, es nuestra área pública y también la más íntima al mismo tiempo. Representa el funcionamiento de la mente y las emociones más inconscientes.

El primer chakra es también el campo de los hábitos, el lugar del comportamiento automático.

El color que lo representa es el ROJO, un tono sangre, bien intenso. Es el color del fuego, el calor.

Su sonido natural es el DO de la escala musical.

Es quien canaliza la energía de la tierra hacia arriba, desde los pies hasta la coronilla por este motivo, este punto es quien nos ayuda a mantener el equilibrio general, quien nos sostiene a la madre, a la creación.

Desde el punto de vista del Kundalini, este chakra está representado por una flor de loto de 4 pétalos: máxima dicha, pasión, placer natural y felicidad.

Este chakra tiene además una función maravillosa: la del reciclaje. A través de Muladhara se produce un intercambio energético con la tierra a donde regresan transmutadas las emociones y energías negativas de todos los demás chakras manteniendo el equilibrio del sistema.

Desde el punto de vista orgánico, el primer chakra está asociado con la eliminación, el ano y el intestino grueso. Todo el alimento que ingerimos, una vez digerido y realizados los procesos fisiológicos de absorción, regresa a la tierra a través del el ano. Con mínimas variaciones, todo lo que comemos sale de nosotros universalizado, reducido a sus componentes básicos.

En nuestra alimentación existen miles de agresores químicos que no podemos evitar. La manera más efectiva de combatirlos es tener la capacidad de procesarlos, eliminarlos y regresarlos a la tierra. Una capacidad de eliminación fuerte es necesaria para sobrevivir.

La función de eliminación se aplica también a los reinos físico, mental y emocional. Los pensamientos obsesivos, la tristeza que no se va, la depresión, todas estas vivencias negativas necesitan la fuerza del primer chakra. La habilidad para crear y actuar a partir de hábitos regulares es en gran parte una función terrenal de este chakra.

Su sentido fundamental es el olfato, un aroma agradable significa un proceso de reciclaje equilibrado y saludable.

Cuando el primer chakra funciona perfectamente y está bien integrado con los otros chakras, te proporciona ciertas habilidades. Eres seguro, estable, constante, positivamente inquieto y leal. No te afectarán tanto las circunstancias externas pues tus raíces están firmes y sólidas. En cambio la carencia del instinto básico de confianza detiene el flujo de energía hacia los chakras o centros superiores. Nos impide completarnos y desarrollarnos emocionalmente. Nos complica en la construcción de muchas defensas contra el incómodo sentimiento de no tener raíz y seguridad. Nos deprimimos, nos aislamos y nos apenamos. Rechazamos al mundo antes de que el mundo nos rechace.

Con un primer chakra fuerte, la confianza es automática. Si dominas el elemento de la tierra, sabes que la tierra puede moldearse y adoptar nuevas formas. El agua (lo emocional) puede agregarse a la tierra (los viejos hábitos) y la nueva flexibilidad de esta combinación, puede moldear con un poco de calor (voluntad, desafío y disciplina) una nueva vasija. Un primer chakra saludable permite que los cambios se den paso a paso, sin traumatismos.

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